Paseando por alguna rambla de esta espectacular sierra de Filabres, si te fijas bien, es fácil observar excrementos de conejos (Oryctogalus cuniculus) entre las retamas, el esparto o los tomillos.
También rebuscando se encuentran enormes madrigueras con indicios de utilización por parte de estos pequeños mamíferos pero de enorme importancia en este ecosistema, ya que permite seguir la cadena trófica y por tanto la presencia de depredadores como zorros o inclusive el lince ibérico.
De costumbres más nocturnas, también los vemos de día y podemos apreciar su aspecto.
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